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27.09.2017
Seguridad para la Unión y sus ciudadanos: hacia una Unión Europea de Defensa
El orden internacional, que está basado en normas establecidas por democracias liberales, se enfrenta a desafíos sin precedentes. Al mismo tiempo, el entorno de seguridad que rodea a la Unión continúa siendo muy volátil. Europa se enfrenta a un arco de inestabilidad de sur a este.
En el sur, las organizaciones terroristas y delictivas están proliferando con la expansión de la inestabilidad que como consecuencia de los Estados fallidos o frágiles que dan lugar a espacios no gobernados. En el este, continúa la guerra de Rusia contra Ucrania, así como la anexión ilegal de Crimea. Las tácticas híbridas, incluido el ciberterrorismo, la guerra de la información y la política energética, en particular la propuesta del gasoducto Nord Stream 2, no están diseñadas únicamente para desestabilizar a los países de la Asociación Oriental, sino también a las democracias occidentales. Las tensiones en los Balcanes Occidentales siguen creciendo.
La crisis migratoria en las fronteras meridionales y orientales está provocando grandes desafíos a la Unión y a sus Estados miembros, incluidas las preocupaciones en materia de seguridad, que deben abordarse haciendo un esfuerzo colectivo. Las amenazas contra la seguridad interior y exterior están cada vez más vinculadas.
El Brexit y la incertidumbre generada por parte del nuevo Gobierno estadounidense complican aún más el panorama de la seguridad global. Nos mantenemos firmemente comprometidos con la comunidad transatlántica de valores e intereses comunes, que será el instrumento más importante para mantener la seguridad europea en el futuro. Una mayor cooperación y coordinación de la Unión en el ámbito de seguridad y defensa no se producirá a expensas de la OTAN, sino que la complementará, reforzará y aumentará considerablemente la eficacia de la cooperación transatlántica. La paz y la seguridad no pueden seguir dándose por hecho.
Según los datos más recientes proporcionados en 2015 por la Agencia Europea de Defensa, las fuerzas armadas de los Estados miembros cuentan con 1,4 millones de soldados, más que las de los Estados Unidos. El gasto en defensa de los Estados miembros supera los 200 000 millones de EUR. La eficacia del gasto es considerablemente inferior que en los Estados Unidos. La falta de cooperación, coordinación y sinergias, así como la duplicación y fragmentación graves contribuyen a ello. Por tanto, supone un desperdicio de dinero de los contribuyentes y debilita nuestros esfuerzos en materia de defensa común.
Necesitamos aplicar los instrumentos políticos que abarcan desde el poder duro hasta el poder blando, desde medidas a corto plazo hasta políticas a largo plazo en materia de política exterior. Además, debemos llevar a cabo esfuerzos diplomáticos bilaterales y multilaterales, cooperación al desarrollo, asistencia urgente, prevención de crisis y estrategias posteriores a un conflicto, pero también el mantenimiento y la imposición de la paz. Al los ciudadanos cada vez les preocupa más la seguridad y esperan protección por parte de la Unión. Ha llegadoel momento de que la Unión asuma más responsabilidades en cuanto a su propia seguridad.
En primer lugar, queremos agradecer a los más de 5 000 funcionarios civiles y militares sus servicios diarios en misiones y operaciones PCSD repartidas en tres continentes. En este contexto, reafirmamos nuestro compromiso con el objetivo de lograr un gasto en defensa del 2 % del PIB como mínimo, pero también de un mejor gasto aumentando el número de proyectos de defensa comunes. La Unión ya cuenta con expertos civiles de primera clase y necesita ser capaz de desplegarlos rápidamente. Reaccionar rápido implica reaccionar eficazmente. Sería conveniente establecer una fuerza de protección civil europea para reaccionar rápidamente ante los desastres. Además, es importante el papel de la brigada cibernética europea para hacer frente a las amenazas informáticas cada vez más frecuentes a las infraestructuras de TIC europeas y de los Estados miembros, ya que ponen en peligro el funcionamiento habitual de las instituciones. Estas misiones son la contribución común de Europa a la seguridad de nuestros ciudadanos. Agradecemos el aumento del gasto en defensa de los Estados miembros por el apoyo que supone a nuestros miembros de las fuerzas armadas. Esta tendencia ha de mantenerse, reforzarse y coordinarse a nivel europeo.
La adopción de la Estrategia Global de la UE en junio de 2016 marcó un hito en el fortalecimiento de la defensa europea. Esperamos con interés su rápida y plena aplicación por parte de las instituciones de la Unión y de los Estados miembros.
Acogemos con satisfacción la presentación del Plan de Acción Europeo de Defensa por parte de la Comisión Europea y la presentación el 7 de junio de 2017 del nuevo paquete legislativo de Defensa, que constituye un medio para mejorar la capacidad militar de los Estados miembros. Hacemos hincapié en que en su Documento de reflexión sobre el futuro de la defensa europea, la Comisión Europea y un número cada vez mayor de Estados miembros se han comprometido a poner en marcha la Unión Europea de Defensa. Esto es exactamente lo que el Grupo PPE lleva pidiendo desde hace tiempo.
Esperamos medidas de aplicación sustanciales que tengan en cuenta las necesidades de las fuerzas armadas nacionales. Sobre la base de nuestros compromisos previos, apoyamos plenamente la puesta en marcha de un proyecto piloto y una acción preparatoria en el ámbito de la investigación en materia de defensa de la Unión y que sirva como incentivo para futuros programas colaborativos europeos. La revisión anual coordinada de la defensa prevista podría contribuir a este fin impulsando el desarrollo de capacidad, haciendo frente a los déficits y garantizando un uso más optimizado de los planes de gasto en defensa nacionales.
Los esfuerzos recientes, por parte de los Estados miembros y el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y Vicepresidente de la Comisión, por poner en marcha la cooperación estructurada permanente van en la dirección correcta. La cooperación estructurada permanente es un método especial para la cooperación mejorada, racional y eficaz en el ámbito de seguridad y defensa (por ejemplo, estableciendo un espacio Schengen militar) que reúne a Estados miembros que podrían desarrollar capacidades conjuntas, invertir en proyectos compartidos o crear formaciones multinacionales. Debería dar lugar a un nivel más ambicioso en materia de defensa.
Acogemos con satisfacción el reciente establecimiento de la Capacidad Militar de Planificación y Ejecución como núcleo de un cuartel general permanente de la Unión. Agradecemos la iniciativa sobre el Desarrollo de capacidades en apoyo a la seguridad y el desarrollo. Esta permite a la Unión respaldar económicamente la mejora del desarrollo de capacidades y la resistencia de los países socios.
Gracias a la reciente declaración conjunta UE-OTAN, la cooperación podría avanzar notablemente. Acogemos con satisfacción la aprobación de 42 iniciativas comunes UE-OTAN destinadas a reforzar la cooperación y la coordinación entre ambas organizaciones; y garantizar la seguridad de los ciudadanos europeos. Esperamos que los Estados miembros de las dos organizaciones estén dispuestos y sean capaces de cooperar en áreas cruciales para la seguridad de nuestros ciudadanos.
Entendemos que los Estados miembros tienen posturas distintas en cuanto a la política de seguridad y defensa por razones históricas. Los protocolos dispuestos en diversos Tratados de la Unión reconocen este hecho.
La defensa europea no puede seguir siendo el eslabón más débil en el proceso de integración de la Unión. Los europeos deben tomar las riendas de su propio destino y fortalecer la defensa de Europa. Especialmente porque, según el Eurobarómetro 85.1 de junio de 2016, la mitad de los ciudadanos encuestados de la Unión considera que la acción de la Unión es insuficiente y a dos tercios de ellos les gustaría ver un mayor compromiso por parte de la Unión a través del compromiso de los Estados miembros en cuestiones relativas a la política de seguridad y defensa.
En el actual entorno complejo de seguridad, la UE no puede permitirse ser un mero espectador. Los dividendos de la paz se han acabado. Nuestros valores e intereses se están viendo amenazados y es hora de acordar un nivel más elevado de ambición y llevarlo a la práctica. La UE tiene una posición única para desempeñar un papel activo debido a sus diversos instrumentos de política exterior, tanto civiles como militares. Ahora bien, para asegurar la paz debemos estar listos para actuar con rapidez, decisión y determinación. La mejor manera de hacerlo es dentro de una futura Unión Europea de Defensa.
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