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14.10.2020
Posición del Grupo PPE sobre la educación en la era de la digitalización
Para el Grupo del Partido Popular Europeo (Grupo PPE), la educación constituye una inversión en nuestro futuro común y es un instrumento esencial para el desarrollo y la realización personal de cada individuo, una herramienta que permite desarrollar el potencial de cada persona: la educación de calidad impulsa la creatividad y la innovación y fomenta las capacidades orientadas hacia el futuro. Tiene repercusiones positivas en la cohesión social como condición previa para el crecimiento económico, la creación de puestos de trabajo y el empleo. Una ciudadanía bien formada constituye un pilar fundamental para nuestras sociedades democráticas. La educación refuerza nuestra identidad europea y contribuye a preservar nuestros valores comunes. Gracias a la educación, las personas pueden orientarse mejor en el mundo. La educación permite a los ciudadanos formar opiniones, racionalizar, ejercer un pensamiento libre y crítico y explotar sus aptitudes y competencias; capacita a los ciudadanos europeos para dar forma a nuestro futuro común.
El Grupo PPE defiende la subsidiariedad en la educación. Los contenidos de la enseñanza y la organización del sistema educativo1 son competencia nacional y deben seguir siéndolo. Sin embargo, los nuevos desafíos exigen la movilización de las herramientas y las políticas de apoyo europeas en el marco del Espacio Europeo de Educación. Por tanto, la Unión Europea (UE) debe cumplir sus prioridades, hacer un seguimiento de los logros (Semestre Europeo) y ayudar a los Estados miembros. Además, la UE ha de valorar y desarrollar su método de evaluación, que consiste en supervisar los progresos, intercambiar las mejores prácticas y utilizar programas que deben seguir siendo herramientas importantes para promover los objetivos de la Unión. Las inversiones tanto a nivel nacional como comunitario deben crear un entorno educativo inclusivo en el que cada niño pueda desarrollar al máximo su potencial y ser incluido en la sociedad.
La transformación digital de nuestras sociedades, el rápido desarrollo de nuevas tecnologías y los avances científicos en los campos de la inteligencia artificial y la robótica, ofrecen innumerables oportunidades en casi todos los aspectos de nuestras vidas. La transformación digital afecta al ámbito de la educación, que está a punto de experimentar su cambio más importante desde el establecimiento de la escolaridad obligatoria. Según algunas estimaciones, el 65 % de los niños que comienzan hoy en día en la enseñanza primaria acabarán trabajando en nuevos tipos de trabajo que todavía no existen2. Las posibilidades que ofrecen las tecnologías digitales aún no se han aprovechado plenamente en el ámbito educativo para proporcionar una educación de calidad que sea accesible para todos. La dimensión ética de la digitalización y de la inteligencia artificial debe ocupar un lugar de máximo relieve en nuestros esfuerzos. Por consiguiente, los programas y planes de la UE tienen que garantizar un enfoque de la inteligencia artificial ético y centrado en el ser humano. Las tecnologías digitales deben percibirse como una herramienta que permite ofrecer una educación y una formación de calidad. En el futuro, habrá una mayor necesidad de capacidades digitales (codificación, logística y robótica), lo cual no solo tendrá que ver con los ciclos formativos sobre las tecnologías de la información, sino que afectará al conjunto del programa educativo. Se debe hacer un mayor esfuerzo para evitar cualquier forma de sesgo o discriminación en los algoritmos digitales y las herramientas informáticas utilizadas con fines educativos.
Si bien las herramientas digitales pueden favorecer el proceso de aprendizaje, deben seguir siendo complementarias de la presencia física del personal educador, así como de sus conocimientos técnicos y su criterio. Sin duda, la tecnología digital no puede sustituir el papel del personal docente, ya que la interacción humana y las capacidades de los profesores son fundamentales para desarrollar el pensamiento crítico del alumnado y los estudiantes, así como su razonamiento analítico y basado en datos; estas capacidades son de capital importancia para una educación de calidad. Asimismo, la presencia física de los estudiantes y el alumnado permite una interacción y cooperación recíproca que es imprescindible para estimular el proceso de aprendizaje.
La Unión Europea y los Estados miembros deben observar de cerca la futura evolución del mercado laboral. Es preciso estudiar a fondo el impacto de las nuevas tecnologías, la robótica y la inteligencia artificial en el empleo. Según algunas estimaciones, millones de puestos de trabajo de la UE corren un alto riesgo de desaparecer, y, al mismo tiempo, el mercado laboral dará cada vez más prioridad a los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Debemos estudiar cómo se adaptarán las personas a un mundo en constante cambio y cómo se desplazarán por él en las próximas décadas. En los sectores de la educación y la formación, es necesario desarrollar soluciones prácticas sobre la orientación profesional, la disuasión del abandono escolar, la educación de personas adultas a distancia y la reconversión profesional. La educación de personas adultas no puede limitarse a la enseñanza de nuevas capacidades con el único objetivo de adaptarse a los cambios del mercado laboral. Esta educación también impulsa las redes sociales y evita el aislamiento social. Por otra parte, las tecnologías digitales pueden ofrecer nuevos métodos y oportunidades para la educación de personas adultas y personas de edad avanzada, no sustituyendo, sino complementando las tecnologías físicas.
Debe prestarse más atención a la educación y la formación profesional y a las formas de educación dual con el fin de tener en cuenta las exigencias del mercado laboral. Necesitamos especialistas altamente capacitados que estén formados y dotados de conocimientos digitales y pensamiento innovador y emprendedor.
El Grupo PPE reconoce la importancia del aprendizaje permanente. La educación y la formación profesional orientada al futuro ayudará a la Unión Europea y a sus Estados miembros a afrontar mejor el desempleo ocasionado por el uso práctico de la robótica y la inteligencia artificial, y también facilitará los cambios de profesión.
También hay otros desafíos que exigen adaptaciones adicionales de los contenidos y los sistemas educativos. La seguridad y la migración, las cuestiones medioambientales (el cambio climático), la radicalización, el aumento de los movimientos políticos extremistas y las campañas de desinformación son algunos de los ámbitos más importantes a los que debe responder la educación como componente clave de las soluciones a largo plazo. En este caso, le corresponde a la enseñanza un papel especial en los ámbitos de las ciencias sociales y las humanidades, que deben basarse en pruebas y datos y en la independencia académica. La UE debe ayudar a los Estados miembros a desarrollar la educación ambiental, los medios de comunicación y la cultura financiera para fomentar en la ciudadanía la toma de buenas decisiones.
Observamos que los desafíos demográficos representan una de las cuestiones fundamentales a las que la Unión Europea deberá hacer frente en las próximas décadas. Los sistemas educativos nacionales tienen un cometido importante en esta materia. La Unión Europea debe ayudar y alentar a los Estados miembros a promover políticas educativas orientadas a la familia que se esfuercen por lograr un equilibrio entre la vida familiar y el trabajo.
La crisis sanitaria que hemos experimentado ha sacudido de lleno al sector educativo. Ha planteado numerosos retos para el personal docente, los estudiantes, los padres y la dirección de los centros en todos los niveles de educación y formación. Hoy más que nunca, la UE debe actuar con rapidez y convicción. La Comisión Europea publicó el Plan de Acción de Educación Digital actualizado. Debemos aprender de la crisis y utilizar el Plan actualizado, y dejar claro a la ciudadanía que la UE es capaz de responder con rapidez a los nuevos desafíos.
Las actuales deficiencias y el carácter insuficiente de la transformación de la educación digital salieron claramente a la luz durante el confinamiento , que obligó a millones de niños, alumnos y estudiantes a quedarse en casa. Las familias con niños en edad escolar se vieron obligadas a adaptarse a la nueva realidad de la enseñanza en el hogar. Esto tuvo importantes repercusiones en los sistemas educativos, los estudiantes, las familias, el personal docente y las instituciones de enseñanza. Reconocemos los enormes esfuerzos que han realizado las familias de toda la UE para seguir el ritmo de los programas escolares y ayudar a sus hijos a aprender en casa. Los centros escolares y el personal docente —que en muchas ocasiones carecían de la preparación adecuada— se vieron obligados a adaptarse al aprendizaje a distancia, utilizando correos electrónicos, plataformas de vídeo y otros medios que les permitieran ponerse en contacto con los alumnos para proporcionarles oportunidades de enseñanza adecuadas durante el confinamiento. También supuso un desafío importante para los niños con discapacidades, que están en desventaja al interactuar a través de medios digitales. Los gobiernos, las televisiones públicas, los interlocutores sociales, los proveedores de educación y formación, las organizaciones no gubernamentales y los particulares fueron capaces de establecer con increíble rapidez aulas virtuales y plataformas de colaboración. Así pues, el confinamiento debido al coronavirus dio lugar a una implantación acelerada del aprendizaje a distancia y a una digitalización ad hoc de la educación, y en este proceso se pusieron de manifiesto numerosas deficiencias. La digitalización ad hoc debe considerarse una medida temporal para la educación a distancia. Si queremos estar preparados para el futuro, debemos aprender de esta experiencia y elaborar una metodología y un apoyo consistente de la educación a distancia, comenzando por la preparación del personal docente y el diseño de medidas que garanticen la accesibilidad para todos los niños, en particular los que tienen discapacidades. Además, el confinamiento puso de relieve los problemas que plantea el carácter incompleto de la digitalización de la educación y del acceso a las tecnologías y los recursos digitales por parte de los centros escolares y de las familias. Sacó a la luz las diferencias entre los Estados miembros y la desigualdad dentro de ellos, y ensalzó a aquellos países que ya habían invertido en material de enseñanza disponible en formato digital, la formación del personal docente y la alfabetización digital. Por otra parte, la experiencia del coronavirus también hizo que resurgiera el problema de las desigualdades en el seno de las sociedades, demostrando que los niños procedentes de entornos desfavorecidos o comunidades socialmente excluidas, como las comunidades gitanas marginadas procedentes de zonas rurales, alejadas o muy urbanizadas, tuvieron un acceso reducido o nulo a la educación a distancia durante la crisis. Así pues, debemos velar por que la conectividad llegue a todos los rincones de la UE, especialmente a las zonas alejadas y rurales.
Tenemos que dotar a los centros escolares (personal docente y estudiantes) no solo con apoyo técnico y conexión a internet, sino también con la ayuda necesaria para el uso seguro y fiable de programas informáticos, materiales de aprendizaje electrónico y plataformas para compartir las mejores prácticas a fin de poder continuar con el aprendizaje a distancia. Cuando la pandemia termine, debemos aprender de esta experiencia, ajustar la escolarización al siglo XXI en toda la UE y utilizar las herramientas que hemos creado para el aprendizaje a distancia, también en la escolarización ordinaria.
Para el Grupo PPE, proporcionar una educación de alta calidad e inclusiva para todos los niños de Europa es un objetivo importante, y la alfabetización digital se ha convertido en un factor decisivo para lograrlo. Esta vía implica, entre otras cosas, garantizar la igualdad de acceso a la educación digital; es decir, todos los niños deben poder adquirir conocimientos, capacidades y competencias digitales, que serán fundamentales para su calidad de vida y su realización personal en el futuro. Ningún niño debe quedar atrás. Todo el mundo debe tener oportunidades de desarrollo personal y una educación de calidad para perseguir sus objetivos vitales y profesionales. Es inadmisible que algunos niños no puedan formar parte de la educación digital en la misma medida que otros solo porque sus padres no pueden permitirse el acceso a las herramientas necesarias. La prevención de la exclusión social que contribuye a la exclusión digital comienza con el pleno reconocimiento de que muchos niños socialmente desfavorecidos, en particular los que tienen discapacidades, carecen en su hogar de las mismas posibilidades de aprendizaje que sus compañeros. No obstante, la educación digital no debe limitarse a garantizar el acceso a internet y a los dispositivos digitales. Estos niños deben disponer de medidas activas adicionales y tutorías de apoyo accesibles de carácter suplementario para romper este círculo interminable. En este proceso es necesario que haya una mayor implicación de los propios niños y de sus padres, también en relación con la protección digital, sobre todo cuando los padres tienen escaso o nulo conocimiento de internet. También debe prestarse particular atención a los niños con necesidades educativas especiales que tienen un problema o una discapacidad de aprendizaje que hace que aprender les resulte más difícil que a la mayoría de los niños de su edad. Este principio de inclusión debe estar siempre presente, sobre todo en situaciones de crisis como la de la COVID-19.
El personal docente es decisivo para el éxito de toda reforma educativa. Es necesario prestarles apoyo y formación para que desarrollen sus capacidades y competencias digitales. En este contexto, el programa Europa Digital puede ser fundamental. De este modo, debemos inspirarnos en los buenos ejemplos que ofrecen algunos países3. La Comisión Europea, junto con los Estados miembros, debe prestar apoyo financiero a los cursos de formación en esta materia diseñados para el personal docente, con el fin de prepararlos para llevar a cabo actividades pedagógicas a través de las nuevas plataformas. Es necesario que la próxima generación de docentes esté dotada de capacidades y competencias digitales que le permitan preparar a los niños para el futuro, aprovechando al mismo tiempo el potencial de los métodos de enseñanza digitales. La educación de las próximas generaciones debe empezar orientándose prioritariamente hacia el profesorado.
Proporcionar acceso a la educación digital desde una edad temprana y familiarizar a los niños con la tecnología aumentará sus capacidades y ampliará sus conocimientos sobre el uso seguro de internet. Los niños deben aprender a evitar los contenidos que no sean adecuados para su edad y a reaccionar de forma adecuada en caso de que tropiecen con ellos. Los padres, profesores y tutores desempeñan un papel fundamental en esta misión. También es importante señalar que todo desarrollo en el ámbito de la educación digital debe ir acompañado de un marco de protección de datos. Somos conscientes de que el entorno escolar es especialmente sensible a la protección de datos personales. Debemos prestar especial atención a los datos sensibles y confidenciales. Los Estados miembros y los centros escolares deben garantizar que todas las personas, incluidos los niños y sus padres, comprendan por qué y cómo se recogen los datos y qué riesgos pueden surgir de su uso. Así pues, es necesario que los centros escolares no solo cuenten con apoyo técnico y una conexión de alta velocidad a internet, sino también con programas informáticos seguros y fiables, materiales de aprendizaje electrónico de calidad y plataformas para el intercambio de las mejores prácticas.
La Unión Europea cuenta con un conjunto de instrumentos que favorecen el desarrollo de la educación formal y no formal, así como la inversión en infraestructura educativa. Es preciso establecer una sinergia entre las diversas herramientas con el fin de conseguir resultados. Los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos (Fondos EIE) y otros instrumentos pueden proporcionar recursos para las inversiones en infraestructura educativa y contribuir al perfeccionamiento y el reciclaje profesional (Fondo Social Europeo).
Horizonte Europa es un componente fundamental para mejorar la capacidad de investigación de las universidades con el objetivo de alcanzar una educación terciaria de alta calidad. Horizonte Europa debe basarse en la difusión de la excelencia, pero también en la ampliación de la participación, lo que a su vez fortalecerá el ámbito europeo de investigación. Este objetivo puede lograrse, en especial, facilitando las sinergias entre Horizonte Europa y los Fondos EIE.
El Mecanismo «Conectar Europa» puede emplearse para financiar la adquisición de equipo digital en los centros escolares de la UE —el cual es necesario para el aprendizaje a distancia (ordenadores portátiles, tabletas)— y para impulsar la conectividad de los centros escolares, especialmente en las zonas excluidas, alejadas o rurales. El equipo digital para los centros escolares y el personal docente es un elemento imprescindible para impartir educación al alumnado y a los estudiantes en formato digital. La Unión Europea debe prestar apoyo financiero —también a través de sus fondos de cohesión— para la creación de bibliotecas online, en las que se almacenen las clases grabadas, y de otros materiales que sigan mejorando la educación digital y a distancia.
Además, el Grupo PPE propone que se movilicen los fondos de recuperación, adaptados para favorecer la convergencia y la cohesión, con el fin de impulsar la infraestructura digital de los centros escolares de la UE, según las necesidades de los centros y del alumnado. De este modo, la UE ayudaría a los Estados miembros y a las regiones de manera eficiente y visible en función de sus demandas. A su vez, el suministro de equipos modernos al personal docente reduciría su carga de trabajo administrativo y liberaría espacio para interactuar con los estudiantes.
Erasmus+ es uno de los programas más populares de la UE, ya que refuerza el sentido de identidad europea, aumenta la empleabilidad y favorece el desarrollo personal y profesional de la juventud y las personas mayores europeas. La juventud que ha crecido en una Europa unida debe sentir el mayor entusiasmo posible por Europa. Casi todas las personas que participan en el programa Erasmus coinciden en que su experiencia las ha animado a tener una mentalidad más abierta y a confiar en sus nuevas capacidades.
El Grupo PPE respalda el Programa Erasmus+, que es un conocido y emblemático programa y una importante herramienta de la UE para influir en las políticas educativas y en nuestra inversión en las generaciones futuras. La digitalización debe ser su componente esencial, especialmente en una época de movilidad reducida, derivada, por ejemplo, de las medidas necesarias para luchar contra la epidemia del coronavirus. El Grupo PPE es favorable a que se siga elaborando un concepto de aprendizaje mixto en el que la movilidad física se complemente con las reuniones y el aprendizaje virtuales. Reitera su llamamiento para que se aumente el presupuesto de Erasmus+ con el fin de ampliar el grupo de beneficiarios y participantes, y en especial los que proceden de un entorno desfavorecido. Desea que Erasmus+ sea lo más eficiente e inclusivo posible. En vista de las complicadas decisiones presupuestarias, el Grupo PPE otorga prioridad a las actividades esenciales de Erasmus+.
El Cuerpo Europeo de Solidaridad es un nuevo programa y digno sucesor del Servicio de Voluntariado Europeo. El Grupo PPE respalda el valor del voluntariado y su importancia para la sociedad y el desarrollo de las personas. El voluntariado es una importante fuente de aprendizaje no formal y debe ser reconocido como tal. El Grupo PPE apoya el voluntariado como actividad clave del Cuerpo Europeo de Solidaridad. Es preciso darle preferencia en los casos en que resulte difícil tomar una decisión presupuestaria.
De manera similar al Marco de Competencia Digital, la UE debe elaborar un marco común para la enseñanza y el aprendizaje sobre la UE en la enseñanza secundaria (inferior y superior). El Premio Jan Amos Comenius por una Enseñanza de Calidad sobre la Unión Europea, creado recientemente (por iniciativa del Grupo PPE), es un proyecto piloto que asienta las bases de los objetivos previamente mencionados. En las negociaciones sobre el próximo programa Erasmus+, que abarcará un período de siete años, el Grupo PPE se está esforzando para que las acciones Jean Monnet se extiendan del ámbito de la enseñanza superior a todos los niveles de educación y formación.
La Unión Europea en su conjunto y los distintos Estados miembros deben elevar su ambición para cumplir con las prioridades en materia de educación. Con el nuevo Plan de Acción de Educación Digital, la Comisión Europea está trabajando para mejorar los sistemas y las estructuras de educación digital en Europa. El nuevo Plan de Acción, que forma parte del futuro Espacio Europeo de Educación, amplía el ámbito de actuación y establece objetivos específicos para subsanar las carencias persistentes, por ejemplo, en relación con las capacidades digitales; el fomento de una educación de calidad en materia de informática y tecnología de la información; el apoyo a una mejor conectividad en los centros escolares; el contenido y las herramientas de aprendizaje a distancia; y la alfabetización digital de los centros escolares y los centros de enseñanza superior. El nuevo Plan de Acción de Educación Digital no solo se ocupa de las estructuras de aprendizaje formal, sino que también extiende su ámbito de aplicación a la educación informal. Es precisamente en el campo de la educación digital donde el aspecto de la formación adicional como parte del contexto del aprendizaje permanente adquiere tanta importancia.
El proceso orientado a alcanzar la educación digital debe acelerarse mediante el perfeccionamiento de las plataformas de educación a distancia ya existentes4. Estas plataformas deben centrarse en la educación a distancia y proporcionar al personal docente las mejores prácticas. Deben convertirse en un instrumento útil para el personal docente de los sistemas de educación formal y acercar tanto a profesores como a alumnos a una educación más digitalizada, capaz de responder a las cambiantes exigencias del mercado laboral, la economía social de mercado, el aprendizaje permanente y las necesidades de las nuevas generaciones.
El Grupo PPE apoya la plataforma electrónica para el aprendizaje de adultos en Europa (EPALE), una comunidad multilingüe y de composición abierta integrada por profesionales de la educación de personas adultas, en particular personal docente para adultos, así como personal de orientación y apoyo, financiada por el programa Erasmus+. Su función es mantener conectada a la comunidad dedicada a la educación de personas adultas. Su estrategia consiste en ayudar a los educadores profesionales de personas adultas a intercambiar experiencias y conocimientos técnicos. Sin embargo, los programas como la plataforma EPALE deben fomentarse con más empeño con el fin de llegar a su público, que en muchos casos tiene conocimientos y herramientas digitales limitados.
1. Seguir apoyando la educación como una inversión en nuestro futuro. Esforzarse por conseguir la calidad y la igualdad en la educación y la formación y considerar que este logro es una condición para hacer realidad la inclusión social, el alto nivel de empleo y el crecimiento económico.
2. Respetar la subsidiariedad en la educación, pero buscar nuevas herramientas en la UE que ayuden a los Estados miembros a fortalecer sus sistemas educativos.
3. Utilizar el Paquete de Recuperación con el fin de invertir en equipos digitales para los centros escolares y el alumnado de la UE, en particular en las zonas excluidas. ¡Ningún niño debe quedar atrás!
4. Apoyar el Programa ERASMUS+ y su presupuesto para lograr que sea más eficiente e inclusivo. ¡Una oportunidad para cada estudiante y cada docente!
5. Apoyar el voluntariado como actividad clave del Cuerpo Europeo de Solidaridad.
6. Alentar a la Comisión Europea a que diseñe el Plan de Acción de Educación Digital como una herramienta del sistema, tanto en la UE como en los distintos países, para impulsar el desarrollo y la formación.
7. Promover la elaboración de normas comunes para la educación digital en toda la UE.
8. Apoyar el desarrollo de la plataforma EPALE y el portal «School Education Gateway».
9. Apoyar la educación dual en la educación y la formación profesionales, el aprendizaje permanente y la educación de personas adultas con miras a lograr una mejor adaptación a la evolución del mercado laboral y prevenir el aislamiento social.
10. Crear en la Unión un marco de referencia para el aprendizaje sobre la UE (nivel de enseñanza secundaria).
11. Aprender de la crisis de la COVID-19 mediante la aplicación de las buenas prácticas de algunos países en cuanto al uso de herramientas digitales para la educación.
1 Artículo 165 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea
2 https://reports.weforum.org/future-of-jobs-2016/chapter-1-the-future-of-jobs-and-skills/
3 En Dinamarca y Francia, el uso de la tecnología de la información en la educación es una parte obligatoria de la formación del profesorado. Además, países como Dinamarca, Estonia y Finlandia pueden aprovechar ya la labor de desarrollo que están llevando a cabo en el ámbito de la educación digital.
4 Por ejemplo, el portal «School Education Gateway», una plataforma en línea dirigida al profesorado, responsables escolares, investigadores, formadores del profesorado, legisladores y otros profesionales que trabajen en la educación escolar https://www.schooleducationgateway.eu/es/pub/index.htm
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