Pacto de la UE sobre asilo y migración: El fin de un sistema insostenible y una solución global histórica en medio de la incertidumbre geopolítica

Ha llegado el día D europeo del Sistema Europeo Común de Asilo para una política de asilo y migración que realmente funcione. Por fin seremos corresponsables de nuestras fronteras. En el Grupo PPE hemos estado presionando para que se lleve a cabo una importante reforma del sistema de migración de la UE, y lo hemos conseguido: queremos una UE que proteja eficazmente sus fronteras frente a las amenazas, que sea dura con los contrabandistas, los traficantes y la delincuencia, pero que al mismo tiempo trate a los solicitantes de asilo con justicia y dignidad.

En diciembre de 2023, la UE alcanzó un acuerdo sobre el Pacto Europeo de Asilo y Migración, una de las mayores y más importantes reformas legales de la actual legislatura. La votación final de la semana pasada sobre las reformas del Pacto cumple el compromiso de la Institución de adoptar las reformas antes del final de la legislatura, a tiempo para las elecciones europeas.

El nuevo Pacto de Asilo y Migración introduce un enfoque global de la gestión de la migración y el asilo, al tiempo que defiende el principio de solidaridad y el reparto equitativo de responsabilidades entre los Estados miembros. Precisamente por eso es tan importante este acuerdo. Compartiremos la responsabilidad de controlar la frontera exterior y proporcionar protección humana a quienes realmente la necesiten. Por primera vez, se hará una clara distinción a la llegada a la frontera exterior europea: las personas con probabilidades de que se les conceda asilo entrarán en el procedimiento ordinario, mientras que los solicitantes con menos posibilidades de que se les conceda protección internacional, como los procedentes de terceros países seguros, deberán permanecer en instalaciones de acogida en la frontera exterior y estarán sujetos a un procedimiento acelerado.

El nuevo Pacto de Asilo y Migración introduce un enfoque global de la gestión de la migración y el asilo, al tiempo que defiende el principio de solidaridad y el reparto equitativo de responsabilidades entre los Estados miembros. Precisamente por eso es tan importante este acuerdo. Compartiremos la responsabilidad de controlar la frontera exterior y ofrecer protección humana a quienes realmente la necesiten.

Este último grupo ya no podrá viajar a otros países europeos. El control obligatorio a la llegada mediante un control de identidad, seguridad y salud determinará inmediatamente quién se someterá a qué procedimiento. Esto proporcionará asistencia inmediata a quienes la necesiten y procedimientos más rápidos para quienes no tengan derecho a quedarse y deban ser devueltos. Recuperar el control de la migración significa que ya no son los traficantes quienes deciden quién tiene acceso al territorio europeo, sino los propios Estados miembros.

Recuperar el control de la migración significa que ya no son los traficantes quienes deciden quién tiene acceso al territorio europeo, sino los propios Estados miembros.

La solidaridad obligatoria se convertirá en la norma. Los Estados miembros pueden contribuir de diversas maneras, por ejemplo acogiendo voluntariamente a solicitantes de asilo o aportando contribuciones financieras o materiales. El nuevo mecanismo de solidaridad realizará un análisis anual que también tendrá en cuenta las capacidades de los Estados miembros. De este modo, nos comprometemos a ayudar a los necesitados al tiempo que tenemos en cuenta a qué podemos hacer frente como sociedad en toda Europa.

Esta reforma es un paso necesario e histórico, pero por sí sola no basta. Una política de asilo y migración eficaz depende también de que se reduzca la afluencia de llegadas irregulares, se promueva una política eficaz de retorno y readmisión en los países de origen y se prevean vías legales accesibles para la migración legal que beneficien a Europa y a los países de origen. Esto significa seguir invirtiendo en los países de origen y tránsito, especialmente en los países de África (del Norte), de donde procederá la gran mayoría de la migración futura, pero también vincular todas las políticas, instrumentos y herramientas pertinentes de la UE, incluidos los acuerdos comerciales, la ayuda al desarrollo, la migración legal y la política de visados, a la cooperación con terceros países en los ámbitos de la migración, el retorno y la readmisión. Ahora que el Pacto por fin está aquí, hay que centrarse en su rápida y plena aplicación y en la cooperación con países no europeos para hacer frente a este reto común.