Mejorar la calidad del aire y dar un respiro a la industria

"Hemos alcanzado una solución equilibrada para la nueva norma de emisiones Euro 7 que mejorará la calidad del aire para nuestros ciudadanos y evitará al mismo tiempo una carga adicional para la industria, que ya tiene que hacer frente al cambio a la movilidad eléctrica. A pesar de lo que piensen los Verdes y los Socialistas, proteger la salud y dar a la industria espacio para respirar no es incompatible", declaró el eurodiputado Jens Gieseke, negociador del Grupo del PPE sobre las normas Euro 7.

Sus comentarios se producen cuando los representantes del Parlamento Europeo y de los Estados miembros acaban de alcanzar un acuerdo sobre estas nuevas normas, cuyo objetivo es reducir tanto las emisiones de escape como las no procedentes de los vehículos de carretera.

"Se mantendrán las condiciones de ensayo Euro 6 establecidas, con lo que se evitarán elevados costes de adaptación para la industria. Sin embargo, en particular para los vehículos pesados, como camiones o autobuses, hemos aplicado límites más estrictos a los dos contaminantes atmosféricos más significativos, el dióxido de nitrógeno y las partículas", explicó.

Además, el texto limita ahora las partículas significativamente más pequeñas (con un diámetro inferior o igual a 10 nanómetros) en materia particulada. Con ello ya se consigue una notable mejora de la calidad del aire.

Con la creciente penetración en el mercado de los vehículos eléctricos, las emisiones seguirán disminuyendo en los próximos años, lo que contribuirá a reducir la contaminación atmosférica. "En su lugar, las emisiones procedentes del desgaste de los frenos y los neumáticos representarán la mayor fuente de partículas. La nueva norma Euro 7 constituye un hito: por primera vez, también se impondrán límites a las emisiones procedentes del desgaste de frenos y neumáticos", explicó Gieseke.

"Además, con una ambiciosa regulación de las baterías de los coches eléctricos, estamos haciendo que la norma esté preparada para el futuro: después de 160.000 kilómetros u ocho años, las baterías de los coches deben seguir alcanzando un rendimiento mínimo del 72%. Esto refuerza la confianza en la tecnología y da seguridad a los consumidores", concluyó.