Es hora de Europa Primero

26.03.2025

Es hora de Europa Primero

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Energías renovables

Toda crisis encierra la chispa de la reinvención. Frente a potencias mundiales cada vez más hostiles, la Unión Europea está saliendo por fin de su zona de confort para contrarrestar el declive y recuperar influencia. El Clean Industrial Deal será una baza clave en esta larga batalla. Lejos de ser una mera evolución semántica del Green Deal, este nuevo programa allana el camino para una verdadera revolución copernicana de la UE, situando por primera vez la competitividad industrial en el centro de sus políticas. Este cambio de paradigma es un cambio bienvenido impulsado por nuestro grupo político. Durante años, el Grupo PPE ha defendido la necesidad de reindustrializar Europa y ha advertido contra las decisiones fuera de lugar que, con el pretexto válido de proteger el medio ambiente, acaban asfixiando nuestras fuerzas productivas.

El Clean Industrial Deal será una baza clave en esta larga batalla. Lejos de ser una mera evolución semántica del Green Deal, este nuevo programa prepara el camino para una verdadera revolución copernicana de la UE, situando por primera vez la competitividad industrial en el centro de sus políticas.

El Grupo PPE es el partido de los trabajadores. Al estar en contacto directo con los empresarios, tomamos las decisiones correctas. Hace tan sólo unos días reunimos en Bruselas a varios representantes clave de industrias intensivas en energía, como BASF, ArcelorMittal y Repsol. Todos nos dijeron lo mismo: "Estamos liderando la transición hacia soluciones bajas en carbono, pero nos falta apoyo. Los precios de la energía son inasequibles y la burocracia nos ahoga".

Nuestra respuesta estará a la altura del reto.

El primer paso es proporcionar el apoyo necesario. Restablecer el diálogo con la industria debe ser el principio rector de nuestras acciones. Debemos escuchar a las partes interesadas antes de proponer legislación. Las industrias cementera, siderúrgica y química, por ejemplo, no pueden someterse a un planteamiento de "talla única". Cada sector se enfrenta a retos específicos que requieren una legislación a medida. Este es un elemento clave -incluso de sentido común- que podría haber evitado ciertos desastres, como la prohibición de los motores de combustión interna, perjudicial para el sector del automóvil. En este contexto, aunque acogemos con satisfacción los anuncios de la Comisión, esperamos claridad sobre sus objetivos climáticos para 2040. De lo contrario, las industrias no podrán planificar sus inversiones de transición. Lo mismo cabe decir de la introducción de una "preferencia europea" en la contratación pública y privada. Se trata de un paso concreto que favorecerá la producción europea limpia y garantizará mercados para los productos bajos en carbono fabricados en la UE. Sin embargo, debemos tener cuidado de incluir a todos los sectores y no dejar a algunos atrás. Los mercados son diversos, y también deben serlo las soluciones. Las consideraciones económicas deben estar en el centro de nuestras acciones: no existe el almuerzo gratis.

En segundo lugar, abordar los retos energéticos. La industria europea paga mucho más por la energía que otras grandes empresas. Nuestro objetivo es claro: reducir los costes de la energía al tiempo que aplicamos reformas para evitar futuras crisis de precios, como la de 2022. Para lograrlo, debemos abordar los precios de la energía, los costes de las redes, los gravámenes y los impuestos. También ha llegado el momento de aplicar plenamente la reforma del diseño del mercado de la electricidad y completar la revisión de la Directiva sobre fiscalidad de la energía. También apoyamos el desarrollo de contratos de suministro a largo plazo entre las industrias y los proveedores de energía, respaldados por el Banco Europeo de Inversiones, para protegerse de las fluctuaciones del mercado.

La industria europea paga mucho más por la energía que otros grandes actores. Nuestro objetivo es claro: reducir los costes de la energía al tiempo que se llevan a cabo reformas para evitar futuros choques de precios, como la crisis energética de 2022.

Sin embargo, debemos ser realistas: los precios de la energía no bajarán significativamente de la noche a la mañana. Reducir los costes exige esfuerzos sostenidos durante varios años a todos los niveles, desde la UE hasta las autoridades locales. Aunque las intervenciones a corto plazo en el mercado puedan parecer una solución rápida, la Fata Morgana que prometen no ofrecerá una solución a largo plazo. El Grupo del PPE se opondrá firmemente a las intervenciones, reclamadas por partidos de izquierdas y de extrema derecha. En su lugar, la única medida realista de alivio a corto plazo para las empresas y los ciudadanos es reducir los impuestos sobre la energía, que son excesivamente altos en toda Europa. Los Estados miembros deben asumir su responsabilidad al respecto.

Por último, en cuanto a la burocracia. El Grupo PPE lleva años luchando contra esta carga, que asfixia a nuestros empresarios y socava nuestra competitividad. Acogemos con satisfacción el cambio de paradigma de la Comisión y sus anuncios en el marco de una importante iniciativa de simplificación normativa (Omnibus), que pretende ahorrar 6.000 millones de euros en costes directos. Ya se trate de la información no financiera, de la simplificación del Mecanismo de Ajuste en la Frontera del Carbono (CBAM) o de la flexibilización de los criterios de información medioambiental, necesitamos urgentemente una racionalización a todos los niveles. Además, esperamos que la Comisión actúe con firmeza en relación con las normas de desarrollo del hidrógeno. La capacidad de innovación de la UE en este ámbito se ha perdido en su propio laberinto normativo... La Comisión debe revisar urgentemente la normativa sobre hidrógeno, incluido el Acto Delegado sobre Combustibles Renovables de Origen No Biológico, que actualmente es demasiado detallado y restrictivo, lo que obstaculiza el aumento de la producción de hidrógeno en Europa. El próximo Acto Delegado sobre Hidrógeno Bajo en Carbono debe cumplir la promesa de la Comisión de una verdadera neutralidad tecnológica y un enfoque racional.

Europa se encuentra en una encrucijada. Para detener el declive y recuperar el liderazgo, debemos liberar el potencial de nuestras empresas, eliminar las normativas que asfixian la producción y garantizar una energía estable y asequible. Esta lucha no será fácil, y la financiación necesaria superará probablemente los 100.000 millones de euros ya anunciados por la Comisión. Sin embargo, al impulsar el Clean Industrial Deal, el Grupo PPE ha demostrado que es posible otro camino, que combina la competitividad con la transición a soluciones bajas en carbono. Es la hora de Europa primero.

Notas a los editores

El Grupo PPE es el grupo político más numeroso del Parlamento Europeo con 188 Miembros de todos los países

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