Selecciona un país
Selecciona tu país para seguir las noticias de tus eurodiputados locales:
Los países a continuación no publican contenido en tu idioma. Selecciona un país si deseas seguir las noticias en inglés u otros idiomas nacionales:
Idioma seleccionado: Español
¿Qué estás buscando?
07.10.2022
POLÍTICAS ESPACIALES PARA EL CRECIMIENTO, LA TRANSICIÓN ECONÓMICA Y LA SEGURIDAD EN EUROPA
El objetivo del Grupo PPE es consolidar y ampliar el liderazgo de Europa como potencia mundial espacial. Creemos que la Unión Europea debe reforzar su papel como garante de la seguridad tanto en su territorio como fuera de él, para asegurar la estabilidad de su vecindad y del mundo. Creemos que la política espacial de la Unión es cada vez más importante porque las medidas tomadas han demostrado de manera muy concreta sus beneficios para la seguridad ciudadana de la Unión, lo que ningún Estado miembro podría haber conseguido por su cuenta.
El Grupo PPE quiere convertir la política espacial de la Unión en una herramienta clave para el crecimiento económico y para una mayor implicación del sector privado en la economía espacial. Creemos que más incentivos redundarían claramente en beneficio de las pymes y del nuevo sector espacial y que, acompañados de un marco legislativo claro, contribuirían a fortalecer la competitividad de nuestra industria.
Las actividades espaciales de la Unión Europea proporcionan información y servicios esenciales para fortalecer la resiliencia europea y apoyar, entre otras, nuestras políticas centrales en materia de clima, seguridad y rescate, transporte, comunicación y digitalización.
Así pues, el espacio está generando una importante actividad económica que se refleja en la creación de más de 230.000 puestos de trabajo en la Unión, la inyección directa en la economía de entre 53.000 y 62.000 millones de euros y la repercusión indirecta sobre más del diez por ciento del PIB de la Unión1. Por definición, la economía espacial europea es la segunda más grande del mundo y constituye un sector intensivo de innovación e investigación puntero con trabajadores altamente cualificados. La tecnología espacial también contribuye a las actividades de I+D en distintos sectores y a la exploración del universo.
El éxito actual de la economía espacial europea reside en el Programa Espacial de la Unión, que gestiona la Comisión Europea a través de la Agencia de la Unión Europea para el Programa Espacial (EUSPA) y, en muchos casos, en estrecha colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA), de carácter intergubernamental, y los Estados miembros.
Copernicus, el programa de observación de la Tierra de la Unión, presta servicios de vigilancia del medio ambiente, el aire, la tierra y el mar con el fin de respaldar ámbitos como la agricultura de precisión y las operaciones de búsqueda y rescate desde su constelación de satélites.
El programa Galileo, que es el Sistema Europeo Global de Navegación por Satélite (GNSS), ofrece los servicios de posicionamiento y navegación más precisos del mundo. El sistema por complemento geoestacionario EGNOS facilita información mejorada de posicionamiento y temporización, que se puede usar, por ejemplo, con los aviones que aterrizan en los aeropuertos europeos.
Govsatcom, el servicio de comunicaciones por satélite para usuarios gubernamentales, ayuda a la Unión a responder a amenazas específicas y presta apoyo a la estrategia de seguridad marítima de la Unión y a su política para el Ártico.
El conocimiento del medio espacial (SSA) busca mejorar las capacidades para supervisar, hacer seguimiento e identificar objetos y desechos espaciales. El SSA incluye tres subcomponentes que abarcan la vigilancia y el seguimiento de objetos espaciales (VSE), la meteorología espacial y los objetos cercanos a la Tierra (NEO).
El presupuesto total del Programa Espacial de la Unión para el período 2021-2027 es de 14.400 millones euros. Es el mayor presupuesto jamás destinado al espacio en el ámbito de la Unión y supone un importante incremento en comparación con los 1.000 millones de euros del período 2014-2021 y los solo 5.000 millones de euros del período 2007-2013. No obstante, comparado con nuestros competidores mundiales, el presupuesto de la Unión en materia espacial se queda corto: Estados Unidos destina 24.000 millones de dolares a la NASA, ¡y eso solo para 2022!
Prioridades del Grupo PPE
La invasión rusa de Ucrania ha puesto en evidencia la necesidad de actuar con prontitud para reforzar el acceso autónomo de la Unión al espacio y su cadena de suministro, y, de este modo, potenciar la resiliencia de la Unión. La Unión debe afianzar su autonomía estratégica y no depender de terceros países en ámbitos estratégicos, como el de los lanzadores, ni en relación con cadenas de valor estratégicas para sus programas emblemáticos.
La guerra de Rusia ya ha tenido un efecto considerable en la política espacial europea, los vuelos espaciales y las actividades de exploración. La agencia espacial rusa Roscosmos anunció su retirada del Centro Espacial Guayanés de Kourou. Así pues, debe explorarse la opción de crear centros espaciales europeos alternativos.
En vista de que ya no disponemos de la capacidad de lanzamiento rusa, se necesita urgentemente fortalecer la autonomía de la Unión para el lanzamiento de satélites al espacio. En cualquier caso, la decisión de Rusia no afecta a la continuidad y calidad de los programas Galileo y Copernicus, y tampoco pone en riesgo el desarrollo permanente de dichas infraestructuras.
Los fondos que el Reino Unido acordó destinar a Copernicus tras el Brexit están bloqueados a causa del conflicto por el Protocolo sobre Irlanda del Norte y por la participación del Reino Unido en el programa de investigación Horizonte Europa. La Comisión y la Agencia Espacial Europea llegaron a un acuerdo para hacer frente al déficit presupuestario y mantener la continuidad, la integridad y la evolución de Copernicus. Se necesita un presupuesto más alto que el actual si se desea proceder, en su totalidad y a pleno rendimiento, con las actividades previstas.
Comunicación segura, gestión del tráfico espacial, autonomía estratégica y defensa
No es fácil mantener la posición de Europa como la segunda mayor potencia espacial del mundo, sobre todo si se tienen en cuenta el auge de naciones espaciales como China y la India o la mayor participación de compañías privadas estadounidenses, como SpaceX, Blue Origin y Virgin Galactic.
La competencia tampoco ha disminuido en lo tocante al lanzamiento y el funcionamiento de satélites. Seis mil lanzaderas ya han puesto en órbita cerca de doce mil satélites y, en los próximos años, se lanzarán otros veinte mil, que ofrecerán un abanico de servicios privados, como Internet desde el espacio, navegación, cartografía, etc.
La Unión también tendrá que aumentar los lanzamientos de satélites y el anuncio del Programa de Conectividad Segura para el período 2023-2027 constituye un paso en esa dirección. El programa de 6.000 millones de euros, 2.400 de los cuales proceden del presupuesto de la Unión, ha tenido una buena acogida. De acuerdo con lo previsto, la nueva constelación de satélites europeos garantizará el acceso mundial a unos servicios de comunicación por satélite seguros, de cara a la protección de nuestras infraestructuras críticas, la realización de actividades de vigilancia, el apoyo a acciones externas y el suministro de una conexión segura y rápida a las personas y empresas del sector privado.
Contar con nuevos recursos resultaría muy útil. Por otra parte, el solapamiento con los servicios ya existentes debe analizarse detenidamente para que el nuevo programa tenga éxito.
La tecnología de comunicación cuántica, que en un principio se desarrolló en el marco de EuroQCI, debe formar parte del sistema de conectividad segura para ofrecer un mayor nivel de seguridad a nuestros sistemas de comunicación por satélite.
Al mismo tiempo, el problema del aumento de la congestión del tráfico espacial y de los más de un millón de residuos espaciales procedentes de satélites en desuso supone un riesgo para los lanzamientos de satélites, nuestros activos espaciales actuales y, sobre todo, nuestros astronautas. Es evidente que la gestión del tráfico espacial y la posible limpieza de residuos del espacio se han convertido en un asunto urgente tanto para Europa como para el mundo.
El sector espacial también debe adoptarse como modelo en términos de autonomía estratégica a la hora de reconsiderar otros campos, como el del sector energético. En otras palabras, debemos poner especial énfasis en el aumento de nuestra propia capacidad y el rápido desarrollo de los sistemas de lanzamiento Vega-C y Ariane 6. También es crucial apoyar a los recién llegados que desarrollan microlanzadores o lanzadores más pequeños a un coste más bajo en la Unión.
La política espacial y el desarrollo de las tecnologías espaciales están cada vez más interconectadas, como es lógico, con el progreso en seguridad y defensa. La creación de un Mando de Defensa Espacial Europeo es un avance natural y necesario para proteger nuestros activos espaciales. La coexistencia entre el uso civil y el uso en seguridad y defensa es evidente por lo que respecta a los servicios y la información de Galileo, cuya tecnología es claramente de doble uso. Debemos adoptar el doble uso civil y militar de nuestros activos espaciales y reconocer que también hay sinergias claras por explotar en el ámbito de la investigación y el desarrollo. Una forma evidente de hacerlo es a través del ecosistema espacial y de defensa, descrito en la nueva Estrategia Industrial para Europa y en el Plan de acción sobre las sinergias entre las industrias civil, de la defensa y espacial.
Debemos evitar que se repita la situación vivida en Ucrania, donde empresas privadas de fuera de la Unión cubrían algunos servicios públicos, para garantizar una conectividad segura. Europa debe estar a la vanguardia de la política espacial en el mundo.
Dadas las múltiples amenazas a nuestra seguridad, en el futuro, será necesaria una estrecha cooperación entre la OTAN y la Unión en el marco del Programa Espacial de la Unión, en particular en lo relativo a la protección de las capacidades espaciales y los servicios de seguridad y defensa contra los ataques cibernéticos, las amenazas físicas, los desechos y otras interferencias nocivas. Así pues, celebramos la dimensión espacial de la recientemente adoptada Brújula Estratégica de la Unión. Pese a nuestra colaboración con países aliados, la Unión todavía debe aspirar a su autonomía cuando sea necesario y asegurar la resiliencia de los activos espaciales y terrestres, el acceso a las tecnologías y materias primas fundamentales, la resiliencia de las cadenas de suministro y la disponibilidad de los servicios espaciales.
Investigación e innovación, empresas emergentes, pymes y nuevo espacio
El legado de la participación pública y de las grandes empresas espaciales y de defensa resulta evidente cuando se trata de investigación y desarrollo y del aprovechamiento en el mercado espacial upstream (principales fabricantes de lanzadores y satélites), en el mercado midstream (operadores de satélites) y en el mercado downstream (desarrollo de servicios y aplicaciones mediante el uso de datos de satélites y tecnologías espaciales). El papel que tienen los emprendedores del nuevo espacio también va en ascenso.
Muchas más empresas privadas, empresas emergentes y pequeñas y medianas empresas (pymes) están involucradas en el llamado sector TIC/digital y, de esa manera, constituyen el nuevo ecosistema espacial. Sin embargo, la situación está en cambio constante y sin un marco reglamentario claro.
La política espacial debe tener un papel aún más importante en el fortalecimiento de la industria europea para la recuperación de su economía y para mejorar la resiliencia de la Unión Europea.
El sector espacial es un activo increíble para la economía de la Unión en su conjunto y del que tanto las empresas como los ciudadanos podrían obtener un gran beneficio. Esto requiere que involucremos al sector privado mucho más que en la actualidad.
A medida que se hacen evidentes las inmensas oportunidades ofrecidas por el internet de las cosas (IoT), la industria 4.0, los macrodatos y los vehículos autónomos, la demanda de satélites y de tecnología espacial seguirá en aumento. A lo largo de toda la cadena de suministro, aumentará la demanda de satélites, microlanzadores y procesamiento de datos, por lo que se le presenta a la Unión Europea una oportunidad única para intensificar su papel en el espacio y aumentar su competitividad.
La soberanía de los datos es clave para alcanzar la soberanía digital europea. En la actualidad, la Unión Europea ya tiene muchos agentes que contribuyen a este objetivo proporcionando soluciones de datos, microlanzadores, satélites e innovaciones punteras de alta tecnología. A medida que se hace evidente la importancia estratégica del espacio y la creciente competencia que se está generando, se revela un importante potencial sin explotar.
Según los datos2 de un reciente estudio de mercado, la base instalada de dispositivos de navegación y posicionamiento (GNSS) crecerá de 6.500 millones de unidades en 2021 a 10.600 millones de unidades en 2031. Se prevé que los ingresos del mercado downstream, tanto de dispositivos como de servicios, crezcan de 199.000 millones de euros en 2021 a 492.000 millones de euros en 2031. Se prevé que el mercado de servicios y datos de observación de la Tierra se duplique, pasando de aproximadamente 2.800 millones de euros a casi 5.500 millones de euros durante la próxima década. En las comunicaciones por satélite seguras, la demanda civil actual de capacidad de comunicación por satélite ronda los 2,5 Gbit/s en Europa y la demanda militar no supera los 1,5 Gbit/s. Se prevé que para 2035 la demanda militar alcance casi los 4 Gbit/s y la demanda civil los 20 Gbit/s.
16 available translations
Tabla de contenidos
6 / 54