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La crisis económica y financiera mundial provocó una caída de las inversiones en la UE. El Grupo PPE estuvo en el origen del denominado «Plan Juncker» (Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas, o FEIE) para movilizar la inversión privada en Europa e invertir esta tendencia. El plan se inició en 2015 y, solo en sus dos primeros años, ha creado más de 300 000 puestos de trabajo. Para 2018, ya ha movilizado casi 200 000 millones EUR, muchos de ellos apoyando directamente a pymes. La segunda fase del plan el FEIE 2.0, desarrollado tres años más tarde, prevé movilizar inversiones por valor de 500 000 millones EUR para antes de 2020.
Creemos que el plan debe continuar después de 2020, aunque el FEIE por sí solo no pueda cerrar la falta de inversión en Europa. Para impulsar la economía europea, seguiremos trabajando para eliminar obstáculos al mercado interno, mejorar el entorno de inversión y de las empresas, y seguir desarrollando la Unión Económica y Monetaria.
La respuesta del Grupo PPE a la crisis del euro –consistente en políticas económicas sostenibles, disciplina fiscal y normas más estrictas para los bancos– ha demostrado ser eficaz y acertada. Los ciudadanos han tenido que hacer importantes esfuerzos durante estos tiempos difíciles. Esta es la razón por la que defendemos todas las políticas destinadas a lograr un euro estable, ya que solo esto impulsará la inversión necesaria para generar empleo y tendrá un efecto positivo en la vida cotidiana de las personas.
Ahora que nuestras economías se están recuperando, debemos aprender las lecciones del pasado. Necesitamos políticas y reformas económicas sostenibles que acerquen los niveles de vida de todos los europeos, basadas en los principios de la economía social de mercado, en la realización del mercado único, en proyectos de innovación y en un comercio justo.
La zona euro debe contar con las capacidades adecuadas para responder y absorber el impacto de futuras perturbaciones procedentes del exterior, así como de tener los instrumentos para ser capaz de prevenir otra crisis económica. Para que no se repita la crisis de 2008, también es importante una reforma del sector bancario, para garantizar la seguridad de los ahorradores y que el dinero de los contribuyentes no sirva para rescatar a bancos en quiebra. Queremos que los bancos actúen con responsabilidad y tengan solidez, y por eso queremos completar la Unión Bancaria que reforzará su regulación y su supervisión. Para lograrlo, los bancos deben reducir la cantidad de fondos destinados a préstamos de riesgo. Respetando las características específicas de los bancos europeos, también creemos que hay que aclarar las reglas para la reestructuración o, en caso necesario, el cierre de los bancos que plantean riesgos graves para la estabilidad del sistema en su conjunto.
Inversión para más empleo