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01.03.2018
Nuestro euro: estable, impulsor y eficaz
Los ciudadanos de Europa esperan y exigen, y con razón, que el euro cumpla lo que de él se espera. Si bien la creación del euro supuso un hito en el proceso de integración europea y un símbolo de la unidad de Europa, debe además servir de base para el crecimiento económico y la competitividad de nuestra Unión, así como para la prosperidad y el empleo de la ciudadanía europea. El Grupo PPE cree que todos los países de la Unión que no tengan una cláusula de exclusión voluntaria han de pertenecer a la zona euro siempre que cumplan todos criterios, dado que ello redundará en la buena marcha de todas nuestras economías.
La respuesta del Grupo PPE a la crisis de la deuda soberana en la zona euro, basada en políticas económicas sostenibles y disciplina presupuestaria, ha resultado eficaz y dado fruto, sin que por ello queramos restar mérito alguno a la ciudadanía por los sacrificios que ha tenido que hacer en esta difícil época. Ahora que nuestras economías se están recuperando, ha llegado el momento de aprender de lo sucedido, lo que nos lleva a la necesidad de perfeccionar la estructura de gobernanza de la zona euro, para lo cual nos hace falta un euro que sea estable, impulsor y eficaz.
Un euro estable es un euro con el que podemos desempeñar un papel dinámico en un mundo globalizado. Gracias a que el euro ha pasado a ser la segunda moneda de reserva mundial, superada solo por el dólar, Europa ha podido coger las riendas de su destino y establecer las normas de los mercados financieros del planeta. La crisis financiera de 2007 y 2008, así como la crisis de la deuda soberana, han sido la prueba de que las perturbaciones externas pueden, en conjunción con el sobreendeudamiento, tener un grave impacto sobre las economías y sociedades de Europa, por lo que hemos de velar por que la zona euro disponga de la capacidad de absorción adecuada para contrarrestar las perturbaciones externas venideras; en caso contrario, ni podríamos evitar otra crisis económica ni estaríamos en disposición de generar las condiciones necesarias para que los ciudadanos confíen en la seguridad de sus ahorros e inversiones.
Un euro impulsor es un euro que estimula la inversión y fomenta el empleo. Si queremos crear más puestos de trabajo, hace falta que en Europa haya más inversión y menos deuda, lo cual no será posible sin una divisa fiable que anime a invertir y una Unión que impulse reformas para que Europa siga siendo competitiva y dinámica. Es la única manera de ofrecerle un futuro con posibilidades a nuestras nuevas generaciones; a diferencia de la izquierda, nos negamos a hacer recaer toda la carga sobre las próximas generaciones.
Un euro eficaz es un euro que cumple lo que los ciudadanos esperan de él y los protege en el día a día con políticas económicas sostenibles y reformas que contribuyen a la convergencia de todos los europeos en cuanto a nivel de vida basándose en los principios de la economía social de mercado, de la realización del mercado único, de los proyectos con aliento innovador y de las prioridades de comercio justo.
Nuestra hoja de ruta para un euro estable, impulsor y eficaz:
1. De lo que se trata es de invertir en el futuro de las personas
Una divisa europea no puede depender únicamente de la inversión nacional, por lo que la Unión ha de generar mejores condiciones al objeto de atraer inversiones inteligentes que estimulen la competitividad y creen puestos de trabajo.
2. La responsabilidad y la solidaridad van codo con codo
Para la solidaridad, hace falta responsabilidad: si bien la Unión debe estar en disposición de ayudar a todo Estado miembro que se halle inmerso en una crisis financiera, estamos en contra de los comportamientos imprudentes. La gestión responsable de sus finanzas es obligación de cada Estado miembro, que es asimismo responsable de la ayuda financiera que reciba.
3. Europa ha de tener su propio fondo monetario
A fin de disuadir a los especuladores financieros de intentar atacar Estados miembros concretos, se debería transformar el Mecanismo Europeo de Estabilidad en un fondo monetario europeo (FME) a todos los efectos que hiciera preparativos de prevención de crisis, asistiera en los procesos de reestructuración de la deuda y brindara ayuda financiera condicionada para las reformas estructurales necesarias en aquellos Estados miembros que, gozando de solvencia, se encuentren con dificultades para acceder a los mercados financieros.
4. Una mayor legitimidad democrática de la zona del euro
La ciudadanía ha de tener la certeza de que las decisiones que afectan a su futuro económico no son adoptadas por unos «poderes en la sombra», sino por sus autoridades y representantes legítimos.
5. Nuestros ahorros, en buenas manos
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