La legislación de la UE debe ser favorable a las pymes

Las pequeñas y medianas empresas (pymes) son la espina dorsal de la economía europea. Las pymes producen el 58 % del PIB de la Unión Europea y representan el 67 % de todos los puestos de trabajo del sector privado. Impulsan la innovación, se adaptan con facilidad a las fuerzas del mercado, ejercen un poderoso impacto en todos los sectores empresariales, generan empleo y proporcionan una fuerza laboral joven y cualificada. La responsabilidad directa de la explotación de estas empresas con frecuencia reside en figuras empresariales centradas en la familia, lo que las convierte en un pilar del crecimiento económico. Con unos fondos propios superiores a la media y una amplia distribución de los riesgos de inversión, las pequeñas y medianas empresas se mantienen firmes frente a las crisis financieras mundiales.

Creemos que se debería evaluar los efectos de la legislación europea sobre las pymes. El planteamiento único no es siempre el enfoque más adecuado. Las normas de la UE no deben dar lugar a cargas desproporcionadas y restricciones burocráticas que les hagan imposible prosperar.

Financiar a las pymes y la revolución de la innovación

Paralelamente, las pymes deben tener mejor acceso a la financiación. En la actualidad, es el principal obstáculo para su crecimiento. Para superar esta dificultad, hemos impulsado instrumentos como COSME. También defendemos la liberación del capital no utilizado para complementar las oportunidades de financiación que ofrecen los programas de financiación de la UE y promover formas alternativas de financiación, incluido el capital riesgo.

Las empresas de nueva creación son siempre pymes en sus inicios. Si Europa desea que estas desempeñen un papel vital en la revolución de la innovación, necesitamos un entorno normativo que les permita prosperar y ampliar sus empresas a través de las fronteras.