La clave de la prosperidad en la UE: Impulsar el emprendimiento y apoyar a las pymes

La prosperidad económica de la Unión Europea está ligada a la prosperidad de sus empresarios, ya que las pymes son la espina dorsal de la economía europea. No sólo crean empleo, sino que impulsan la innovación y el crecimiento en todos los rincones de nuestro continente. Ya es hora de que convirtamos nuestra admiración en acción y les proporcionemos el apoyo que necesitan para prosperar. Solo así podremos seguir aprovechando las historias de éxito de Europa, desde las pequeñas empresas hasta los líderes del mercado mundial, como ocurrió con marcas europeas emblemáticas como Bosch, Vespa o Spotify. No olvidemos que la mayoría de las empresas europeas empezaron siendo pymes.

Además, en el corazón del motor económico de Europa, tenemos nuestro Mercado Único, que ha elevado el PIB per cápita en todos los Estados miembros. Pero no podemos conformarnos. Debemos derribar las barreras que aún persisten, completar el mercado único de servicios y acelerar la integración de los mercados de la energía y las comunicaciones. El Grupo del Partido Popular Europeo está comprometido con el éxito económico y con la creación de un entorno en el que las empresas puedan prosperar. El pleno potencial del mercado único sólo puede alcanzarse si la burocracia no se convierte en un problema.

Debemos derribar las barreras que aún persisten, completar el mercado único de servicios y acelerar la integración de los mercados de la energía y las comunicaciones. El Grupo del Partido Popular Europeo está comprometido con el éxito económico y con la creación de un entorno en el que las empresas puedan prosperar.

Para hacer realidad esta visión, necesitamos algo más que palabras, necesitamos medidas concretas. Es un buen comienzo que la Comisión Europea haya aceptado nuestra larga petición de un Representante de las pymes dentro del Ejecutivo comunitario para defender sus intereses y preocupaciones. Ahora es el momento de dar el siguiente paso: necesitamos un Comisario europeo para las pymes con poder de veto en todos los ámbitos políticos para garantizar que no se pone en peligro la libertad empresarial.

También tenemos tres peticiones fundamentales: Introduzcamos indicadores de competitividad de la UE y creemos un Consejo Consultivo Europeo de Competitividad específicamente adaptado a las pymes, con poderes reales para influir en la legislación de la UE. Acabemos con la burocracia, reduciendo la carga reguladora en un tercio a todos los sectores con un plan de acción. Garanticemos que la legislación de la UE siga favoreciendo el crecimiento empresarial introduciendo una cláusula de extinción. Las empresas europeas merecen una legislación moderna y eficaz que se mantenga al día y tenga en cuenta todas las novedades. Tenemos que elaborar normas que potencien, no que obstaculicen. Es hora de impedir que los empresarios abandonen Europa por culpa de las trabas burocráticas y de que las empresas sigan prosperando aquí, en Europa.

La inversión también es clave. Debemos acelerar la integración de los mercados de capitales de la UE para ofrecer a las pymes un mejor acceso a los préstamos y a las opciones de inversión, especialmente en el marco de las transiciones ecológica y digital. Tenemos que poner en marcha un plan de inversión para empleos europeos de calidad e instar a los Estados miembros a invertir más en investigación y desarrollo, así como en educación, mejora de las cualificaciones y reciclaje profesional. Liberar el potencial del mañana empieza por una educación de alto nivel, que dé forma a una mano de obra altamente cualificada para el futuro. No olvidemos el poder de la diversidad: las mujeres representan la mitad de la población de la UE, pero sólo un tercio de los autónomos y propietarios de empresas de la UE. Necesitamos programas de financiación específicos para aumentar la participación de las nuevas empresas dirigidas por mujeres, especialmente en campos punteros como la inteligencia artificial. Crear un entorno empresarial con más mujeres empresarias es crucial para la competitividad y la innovación europeas.

Sin embargo, no se trata solo de crecimiento dentro de la UE. También tenemos que proteger a nuestras empresarias de las amenazas externas. Tenemos que invertir en nuestras principales empresas y no dejar que terceros países se apropien de nuestras mejores innovaciones, y para ello debemos mantener un entorno empresarial justo y competitivo.

El compromiso de Europa a las pequeñas y medianas empresas y al espíritu empresarial no es la piedra angular de nuestra prosperidad económica. Dando más poder a los emprendedores, racionalizando la normativa, facilitando los negocios transfronterizos, fomentando la innovación y proporcionando acceso a la financiación, podemos abrir un futuro en el que las empresas no sólo sobrevivan, sino que prosperen. Aprovechemos todo el potencial del espíritu emprendedor de Europa e impulsemos nuestro continente hacia nuevas cotas de prosperidad e innovación. Ha llegado el momento de actuar.

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