Navarrete pide a la vicepresidenta Ribera que aclare su posición sobre la competitividad

Bruselas, 8 de abril 2025- El eurodiputado del PP Fernando Navarrete ha pedido hoy a la vicepresidenta de la Comisión Europea Teresa Ribera coherencia en su posicionamiento sobre la competitividad en la Unión Europea y en España.

Ha sido en la Comisión de Economía, donde Navarrete ha acusado a Ribera de haber calificado de “negacionismo y retardismo” a quienes pedían compatibilizar mejor los objetivos de sostenibilidad con la competitividad europea.

Precisamente ese es el objetivo del paquete Ómnibus que ha presentado la Comisión Europea, flexibilizar los plazos y el alcance de las políticas medioambientales de la UE, tal y como ha venido demandando el Partido Popular Europeo, algo que ahora Ribera tiene que defender como vicepresidenta.

La exministra califica ahora de “humildad” lo que antes era populismo

En su respuesta, Teresa Ribera, que como ministra demonizaba a los sectores y a la oposición por pedir más flexibilidad en las políticas medioambientales, ha calificado de “humildad” lo que antes llamaba populismo y ha reconocido la necesidad de adecuar la regulación, dadas las circunstancias, para facilitar un enfoque flexible donde hay dificultades para lograr los objetivos en el corto plazo.

Navarrete ha recordado que Ribera “se posicionó en España en contra del criterio de neutralidad tecnológica, se opuso a reducir los impuestos a la energía y de pasar algunos cargos del sistema a los Presupuestos”, algo que ahora se incluye en el Pacto por una Industria Limpia que presentó la Comisión en febrero. Además, Ribera ha reconocido las bondades del uso de la política fiscal para incentivar la electrificación de la economía, lo que contrasta con su acción de gobierno.

Por todo ello, el eurodiputado del PP ha pedido a la exministra socialista certidumbre y también garantías de que el Reglamento de Mercados Digitales (normativa de la Unión Europea que busca regular las prácticas de las grandes plataformas digitales) se aplicará exclusivamente con criterios técnicos y no servirá para escalar aún más la tensión comercial transatlántica